La Chica De Las Estrellas
Ella, Mary, era una mujer muy especial. Coleccionaba estrellas, por lo que era una mujer muy precavida y honrada.
Estaba sóla, no le gustaba compartir con ningún hombre. Hasta que un día, allí estaba él, tomando café en la cafetería. Era apuesto, se llamaba Jhon y era tan guapo como un príncipe encantado.
Intercambiaron un par de palabras, a modo de saludo, y se sumergieron en una profunda conversación realmente interesante. Cuando ya se hizo la hora de despedirse, quedaron para el día siguiente.
Jhon, se le insinuaba, pero Mary, a pesar de todo, no cedía... Se bloqueaba en cuanto salía la conversación. Pues su Vida estaba hecha de heridas y cicatrices, de estrellas, así que ya no quería más.
Un día de esos en los que quedaban, Jhon apareció con una pulsera de oro blanco preciosa y se la regaló.
Mary no sabía qué decir... Y finalmente, dijo que sí, que le concedía una oportunidad y desde entonces pasó a ser la chica de los tréboles de la suerte. Pues su mala época ya había pasado, y a partir de ahora iba a recolectar tréboles de la suerte.
Y colorín, colorado, éste cuento se ha acabado.
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