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Fany y El Mercedes Rosa

  ¿Qué hace una chica normal en un mundo corriente? Fany, és guapa, és Fashion, tiene un Mercedes Rosa, y un novio rubio modelo... ¿Normal? Sí. ¿Fashion? Como te decía también. ¿Y El Mundo corriente? Eso era lo de menos. Pues ella lo tenía todo, osea, todo lo que deseaba.    Un día, se le rompió el Mercedes, el novio la dejó, y volvió a vestir como una humana común... Se había dado cuenta de una cosa... De qué tener Lujos está muy bien, pero si no tienes nada más en el fondo de tú propio corazón, estás verdaderamente fastidiada. Y desde ese día se volvió completamente Zen, sus intereses cambiaron, sus lujos se volvieron sencillos, y encontró un novio también Zen.    Moraleja, no sólo és cantidad, és también calidad, y se trata también de tener un fondo espiritual.    Y colorín colorado, éste cuento se ha acabado.

Mónica y Kevin.

   Ella era una maniática del orden. Se llamaba Mónica. Él era el típico chulito de Bar. Se llamaba Kevin.    La Vida para Mónica era su 'isla', su casa. Su gato y su perro.    La Vida para Kevin, eran las mujeres, el vino y el ron.    Un día, Mónica fue a tomar el desayuno a las cafetería de la esquina. Y allí estaba Él. Con una cerveza a las 10 de la mañana en la mano. Sin saber porqué, Mónica se lo quedó mirando, sin saber en el lío que se estaba metiendo... Era el principio, de una complicada Vida en pareja. Pero ella no lo sabía. Al fín y al cabo, ¿Qué podía haber de malo en una cerveza...?    Kevin, sin saber por qué, se quedó mirándola y se le acercó. Una más para la colección pensó... Pero no era realmente así... Pues Kevin no sabía, de qué se convertiría en la mujer de su Vida y la madre de todos sus hijos...    Cruzaron un tímido 'Hola', y de allí no pararon de conversar... Hasta las doce...  Dos horas después, f...

Amor.

  En el Amor, Amas ó No Amas. No hay medias tintas. Amas ó Odias. Siembras ó te alejas. No hay magia, no hay conjuros. És Reciprocidad. És Blanco ó és Negro... Pero no puede ser Gris. Porque Cuando Amas, No Hay Dudas, Y En Realidad puede ser del color que Tú Quieras. Dyana Torres.

Una Cenicienta Moderna.

   Allí estaba ella, con sus cabellos rizados y rubios.  Sentada en su portal. Café en mano, y recibiendo los primeros rayos de sol. Allí estaba... Enamorada de su Vida, y de su Amado.    Después, iba a lavar los trastos, pasar la mopa, la lavadora... Bufff! Pero era feliz... Muy feliz... No conocía la magia de salir fuera de casa a ganar dinero. Eso lo hacía si marido. Ella... Sólo conocía la magia de recoger y dejar la casa bien. A ver... Que era una obligación, pues prefería salir a escuchar el canto de los pájaros al jardín. Pero no, ella sólo era como Cenicienta, sólo que sí tenía papás y marido.    Su marido llegaba agotado de poner ladrillos, y entonces nuestra querida protagonista, lo recibía con Amor y Cariño, y él le respondía con la misma intensidad.    Era un Amor por la Vida, un Amor por el día a día, y un Amor por su querido Marido. No tenían hijos, y no porque no quisieran. Dios no los había bendecido de esa manera. Pero sí ten...

Si Tú La Quieres.

   Si tú la quieres, la amarías sin dudas, ni mentiras. Te sería suficiente, hasta en los días más fríos. Si la amas, verías cada amanecer con ella, y cada aterdecer al lado suyo. Serías uno con ella, y el todo contigo.   Cuando verdaderamente Amas, te olvidas del Ego. Los días siempre son soleados, porque Ella todo lo ilumina con su sonrisa.   Un enfado, dura dos segundos cuando Ella és la indicada. Los abrazos son cálidos, y un día gris, se llena de colores. Porque su corazón és como el Arcoiris, de colores.    Cuando la Amas, darías la Vida por Ella, y la acompañarías al cielo en un viaje de ída y vuelta.    Cuando la Amas, no te lo preguntas... Lo sabes... És sencillo, todo és sencillo...

Maldades

Maldades ván, maldades vienen, pero el que el dá... También recoge.

Él y Ella.

   Él era un apuesto caballero. Ella era toda una señorita. Un hilo frío y denso los unía a su antojo. No podían amarse. No podían olvidarse. Estaban destinados a divagar el uno en la mente del otro. Nada los podía juntar. Era... Materialmente imposible. Una sombra oscura los acechaba cada vez que se veían, y entonces el hilo se hacía visible... Más frío, más tirante... Luego, un vacío inmenso les quedaba; era como una condena. El tiempo había hecho justicia. Tiempo perdido, distancia impuesta, y el hilo gris, el cual querían cortar, no paraba de crecer... Cada vez era más fuerte...    Un día que se vieron, ya no podían más, y tomaron la decisión de cortar el hilo... Lo cortaron con unas tenazas... Y se rompió el hechizo...          La chica fue libre. El chico fue libre. Corazones fuertes, reconstruidos, y ya capaces para Amar a un nuevo Amor.    Y Colorín Colorado, Éste Cuento Se Ha Acabado. Dyana Torres