Él y Ella.
Él era un apuesto caballero.
Ella era toda una señorita.
Un hilo frío y denso los unía a su antojo.
No podían amarse.
No podían olvidarse.
Estaban destinados a divagar el uno en la mente del otro.
Nada los podía juntar. Era...
Materialmente imposible.
Una sombra oscura los acechaba cada vez que se veían, y entonces el hilo se hacía visible... Más frío, más tirante...
Luego, un vacío inmenso les quedaba; era como una condena.
El tiempo había hecho justicia.
Tiempo perdido, distancia impuesta, y el hilo gris, el cual querían cortar, no paraba de crecer...
Cada vez era más fuerte...
Un día que se vieron, ya no podían más, y tomaron la decisión de cortar el hilo... Lo cortaron con unas tenazas... Y se rompió el hechizo...
La chica fue libre.
El chico fue libre.
Corazones fuertes, reconstruidos, y ya capaces para Amar a un nuevo Amor.
Y Colorín Colorado, Éste Cuento Se Ha Acabado.
Dyana Torres
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